En la tarde de ayer se jugaba el segundo partido del Sevilla FC con Manzano como entrenador en casa y se consiguió una victoria que al final fue agónica y que nadie esperábamos cuando en le minuto 62 Luis Fabiano marcó el tercer gol, un gol de los que deben verse con detenimiento desde el pase de un “resucitado” Romaric desde el semicírculo del centro del campo del Sevilla FC y que Luis la colocó de vaselina a un portero del Bilbao que sólo pudo seguir la pelota con la vista.
Comenzó el partido con diversos cambios, pero en general siguiendo la apuesta del partido contra el Atlético de Madrid, jugando en el centro del campo Romaric y Renato y de enganche un Kanouté al que hay que valorar cada día más, ganándose por partidos la etiqueta de mejor jugador extranjero (y posiblemente nacional) de la historia, ya que no sólo ayuda en ataque (con más de 100 goles desde que está en el equipo, y con goles en seis de las ocho finales disputadas en los últimos años) sino que en defensa siempre está en su sitio, y encima tiene una cabeza muy bien amueblada y no le da por decir tonterías como les pasa a otros.
En la delantera volvió a ser titular Fabiano, que se ganó la titularidad donde debe marcando goles como se espera de uno de los mejores delanteros del mundo. Mientras en las bandas siguió Konko y Capel que volvió tras su lesión jugando un buen partido, aunque tiene dos cruces una la falta de suerte ante el gol, si llega a entrar su balón al palo seguramente el partido hubiera sido otro, y otra es la fama de teatrero de forma que los árbitros no le pitan la mitad de las faltas que le hacen (basta con recordar al señor Mejuto en la final de Barcelona).
El equipo se completó con un Palop que ayer volvió a hacer varias paradas de mérito e incluso paró el penalti que tiró Llorente, pero la defensa no estuvo rápida para despejar el rechace. Y una defensa con Dabo cumpliendo en la derecha y Cáceres y Alexis en el centro. Punto y aparte es el caso de Navarro, que siempre ve una tarjeta por partido, pero ayer vio una primera de risa en el minuto 4 y una segunda en el 64, que unido al cansancio por el partido y el viaje a Ucrania hizo que estuviera a punto de remontar un Athletic, que Caparrós ha conseguido que incluso juegue al fútbol.
Hay que destacar también el tiempo que estuvo Negredo en el campo jugando con acierto y luchando contra los defensas en inferioridad, e incluso atreviéndose a tirar a puerta desde el centro del campo al ver adelantado a Iraizoz.
En resumen, el equipo se va viendo más hecho, pero sufrió demasiado cuando se quedó con 10 jugadores y eso que el ajuste defensivo se pudo hacer sin tener que hacer ningún cambio gracias a la versatilidad de los jugadores y a la utilización de Konko como extremo.
Comenzó el partido con diversos cambios, pero en general siguiendo la apuesta del partido contra el Atlético de Madrid, jugando en el centro del campo Romaric y Renato y de enganche un Kanouté al que hay que valorar cada día más, ganándose por partidos la etiqueta de mejor jugador extranjero (y posiblemente nacional) de la historia, ya que no sólo ayuda en ataque (con más de 100 goles desde que está en el equipo, y con goles en seis de las ocho finales disputadas en los últimos años) sino que en defensa siempre está en su sitio, y encima tiene una cabeza muy bien amueblada y no le da por decir tonterías como les pasa a otros.
En la delantera volvió a ser titular Fabiano, que se ganó la titularidad donde debe marcando goles como se espera de uno de los mejores delanteros del mundo. Mientras en las bandas siguió Konko y Capel que volvió tras su lesión jugando un buen partido, aunque tiene dos cruces una la falta de suerte ante el gol, si llega a entrar su balón al palo seguramente el partido hubiera sido otro, y otra es la fama de teatrero de forma que los árbitros no le pitan la mitad de las faltas que le hacen (basta con recordar al señor Mejuto en la final de Barcelona).
El equipo se completó con un Palop que ayer volvió a hacer varias paradas de mérito e incluso paró el penalti que tiró Llorente, pero la defensa no estuvo rápida para despejar el rechace. Y una defensa con Dabo cumpliendo en la derecha y Cáceres y Alexis en el centro. Punto y aparte es el caso de Navarro, que siempre ve una tarjeta por partido, pero ayer vio una primera de risa en el minuto 4 y una segunda en el 64, que unido al cansancio por el partido y el viaje a Ucrania hizo que estuviera a punto de remontar un Athletic, que Caparrós ha conseguido que incluso juegue al fútbol.
Hay que destacar también el tiempo que estuvo Negredo en el campo jugando con acierto y luchando contra los defensas en inferioridad, e incluso atreviéndose a tirar a puerta desde el centro del campo al ver adelantado a Iraizoz.
En resumen, el equipo se va viendo más hecho, pero sufrió demasiado cuando se quedó con 10 jugadores y eso que el ajuste defensivo se pudo hacer sin tener que hacer ningún cambio gracias a la versatilidad de los jugadores y a la utilización de Konko como extremo.
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