Colón llegó a Palos a mediados del año 1485, tras ser rechazada su “empresa de Indias” por el rey luso Don Juan II al ser desestimada la idea por una comisión de geógrafos que no aceptaron las ideas de Colón por las cuales pretendía ir a Levante por poniente. Buscando un camino más corto para llegar a Asía, en una época en la que se creía en que la tierra era plana y que más allá de las islas Madeira, últimas conocidas en el Atlántico, sólo había un abismo.
Tras quedar viudo Colón se dirigió hacia Huelva para dejar a su hijo Diego a cargo de sus concuñados, los Mulliart y Correa. Para ello residió en Palos encontrando en este pueblo el apoyo de personajes que permitirían su aventura, entre ellos el alcaide del castillo Gonzalo de Stúniga, audaz y aventurero, el alcalde popular Diego Prieto, el físico Garcia Fernández, se puso en contacto con los frailes franciscanos del monasterio de La Rábida, destacando la figura del cura-guardián Fray Juan Pérez y de Fray Antonio de Marchena que le apoyaron en sus ideas, partiendo a exponerlas ante la corte de Castilla y jugando un papel decisivo en el respaldo de la reina Isabel. Así como el apoyo de los marinos palermos una vez obtenido el visto bueno y su financiación.
Tras varios años siguiendo a la corte, que en esos momentos se encontraba en las batallas contra los últimos reductos moros en Andalucía, consiguió presentar su proyecto que fue bien visto por los reyes y ordenaron que se formara una junta científica que valorara el proyecto. Esta junta fue organizada por Fray Hernando de Talavera que era prior de un convento jerónimo de Valladolid, y se reunió en Salamanca y Córdoba desestimando el proyecto en el año 1491.
Colón abandonó la corte y volvió a Palos para exponer sus determinación de abandonar España en busca de apoyo a sus ideas. Fray Juan Pérez, que había servido a la reina en su juventud, le escribió una carta a la reina, recibiendo como respuesta una orden para que el fraile se desplazara al campamento de Santa Fe en donde estaban los reyes luchando para conseguir la conquista de Granada. El fraile convenció a la reina, obtuvo dinero para el desplazamiento de Colón a Santa Fe, donde se enfrenta a otra comisión con el objeto de llegar a un acuerdo, ya no científico sino más respecto a los aspectos económicos, títulos y derechos que le corresponderían de tener éxito la aventura, tras tres meses se firmaron las denominadas Capitulaciones de Santa Fe el 17 de abril de 1492.
Monumento a Cristobal Colón en La Rábida (Palos de la Frontera) |
Tras varios años siguiendo a la corte, que en esos momentos se encontraba en las batallas contra los últimos reductos moros en Andalucía, consiguió presentar su proyecto que fue bien visto por los reyes y ordenaron que se formara una junta científica que valorara el proyecto. Esta junta fue organizada por Fray Hernando de Talavera que era prior de un convento jerónimo de Valladolid, y se reunió en Salamanca y Córdoba desestimando el proyecto en el año 1491.
Colón abandonó la corte y volvió a Palos para exponer sus determinación de abandonar España en busca de apoyo a sus ideas. Fray Juan Pérez, que había servido a la reina en su juventud, le escribió una carta a la reina, recibiendo como respuesta una orden para que el fraile se desplazara al campamento de Santa Fe en donde estaban los reyes luchando para conseguir la conquista de Granada. El fraile convenció a la reina, obtuvo dinero para el desplazamiento de Colón a Santa Fe, donde se enfrenta a otra comisión con el objeto de llegar a un acuerdo, ya no científico sino más respecto a los aspectos económicos, títulos y derechos que le corresponderían de tener éxito la aventura, tras tres meses se firmaron las denominadas Capitulaciones de Santa Fe el 17 de abril de 1492.
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