Así a principio de temporada y visto los resultados de los 10 partidos de liga y, sobretodo, de la final de copa en que Antonio Álvarez fue técnico de la primera plantilla parecía lógico darle una oportunidad, igual que se hizo con Manolo Jiménez tiempo atrás.
Pero una estrepitosa eliminación en la previa de la Champions League, ante un Sporting de Braga que seguro no es superior al Sevilla FC, ya supuso el poner a Álvarez con un pie en la calle. El tropiezo con el Barça era asumible (aunque una vez que se está viendo como otros equipos como el Hércules o el Sporting están saliendo del Camp Nou, comienza también a pesar de forma muy negativa).
Para continuar dos empates en casa en liga contra Depor y Racing (que hoy son equipos de la parte media-baja o baja de la tabla) y otra derrota ante el PSG, son motivos para que la confianza en el entrenador sea mínima. Sobre todo si se ven los partidos en la que el equipo siempre ha demostrado una gran cantidad de dudas y en la que no se ha visto una línea de juego en ningún momento.
Si algo ha salvado a Antonio hasta ayer ha sido que en liga fuera se contaban los partidos por victorias, pero lo de ayer en Alicante fue un calco a peor de la imagen casera, por lo cual el consejo (el que toma decisiones y se equivoca o acierta, ya que los que escribimos en blogs y sobretodo los catedráticos de la prensa que siempre aciertan tenemos, una postura muy fácil) ha decidido destituir a Antonio Álvarez y contratar a un Gregorio Manzano que se le vinculaba desde hacia mucho tiempo con el Sevilla FC.
En fin, desearle toda la suerte del mundo a los dos, a Álvarez porque se arriesgó por seguir con su sueño de entrenar a su equipo en vez de volver a las oficinas con el sello de salvador del equipo, y al que esperemos que se le sepa reconocer sus esfuerzos. Y a Manzano, ya que su éxito serán triunfos para nuestro Sevilla FC.
Lo del partido contra el Hércules es anécdota, es un que pasaría si Álvarez hubiera tirado de titulares y no hubiera experimentado con Acosta, Romaric…, si en el minuto 4 Acosta en el mano a mano hubiera marcado, o el tiro al poste de Romaric o el árbitro no hubiese pitado un penalti a Zokora que creemos se inventó…..
Pero en el fondo la imagen es la de la impotencia del segundo tiempo, la de un equipo que no estaba estructurado en el campo, que parece que no tiene fondo físico y al que un tal Drenthe y Trézéguet le formaron un lio.
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