Decíamos que había que confirmar el buen fútbol de los partidos anteriores para soñar con ganar al Barcelona y se confirmó la forma de juego, repitiendo la alineación y jugando bien en defensa y aumentando la capacidad realizadora con dos grandes goles de Trochowski y Negredo, pero ganar 2-0 no es una renta suficiente para poder hacer frente a un árbitro dispuesto a robar todo lo necesario para conseguir que sus estadísticas se mantuvieran, es que no se puede permitir que el Sevilla ganara con él de árbitro y mucho menos que el Barcelona perdiera dos partidos seguidos con él NO repartiendo justicia.
Y confesamos que no vimos el motivo por el que fue expulsado Medel, no es extraño porque tras verlo repetido en el resumen del partido sólo vemos como nuevamente el exponente de la limpieza culé, el jugador que vino de “salvador” la temporada pasada y que posiblemente sólo con los partidos ante el Sevilla F.C. gane un Óscar, porque un balón de oro no lo va a conseguir, consiga picar al chileno lo cual no debe ser importante para él que tiene en su haber el éxito de haber provocado a Kanouté hasta expulsarlo.
Y la Cesc-guarrada, la Fabregas-teatrería fue finalizada con una actuación virtuosa por el valenciano “La hoz” que sacó la guadaña para comenzar a cortar las ilusiones de los sevillistas. Pero para colmo en el minuto 87 no quiere pitar una mano de Thiago que se acomoda el balón para lanzar una juagada de ataque que terminó en gol del mismo Cesc-guarruno. Curiosamente en una jugada similar en el primer tiempo pitó falta a Rakitic y tarjeta amarilla lo que pasa es que las estadísticas no se pueden romper pensaría el de la guadaña.
Y con un equipo descentrado tras dar un árbitro que no pitó una falta a favor del Sevilla hasta el minuto 60 (y que no quiso ver una agresión de Busquets a Cicinho de las que son rojas sin discusión, que dejó al señor Song hacer lo que quiso con los codos y en los saltos a cualquier delantero que tuviera cerca y enseñó amarilla a Pedro tras una patada por detrás a Navas sin opción de llegar al balón que si lo hubiera hecho Medel lo habría fusilado), cinco minutos de descuento que no entendemos, en el 93 Villa le puso la puntilla a un partido que no mereció ganar el equipo catalán pero que celebraron en la esquina del córner como si hubiera sido la final de la Champions, esquina a la que se acercó Mateu no sabemos si para celebrarlo con los catalanes o para sí mismo de forma que ningún futbolista del Sevilla viera su alegría por mantener sus estadísticas.
En resumen, el camino a seguir debe ser este porque por casa ya han pasado los dos equipos que aparte de robar con el reparto televisivo lo hacen a través de sus brazos ejecutores con pito en mano, aunque aún queda otro equipo de Madrid que también tiene el apoyo de los del pito…, y ahora hay que conseguir reorganizar el equipo ya que faltaran en Vigo, Rakitic y Medel sancionados y esperemos que se recupere Trochowski que salió lesionado.
Y confesamos que no vimos el motivo por el que fue expulsado Medel, no es extraño porque tras verlo repetido en el resumen del partido sólo vemos como nuevamente el exponente de la limpieza culé, el jugador que vino de “salvador” la temporada pasada y que posiblemente sólo con los partidos ante el Sevilla F.C. gane un Óscar, porque un balón de oro no lo va a conseguir, consiga picar al chileno lo cual no debe ser importante para él que tiene en su haber el éxito de haber provocado a Kanouté hasta expulsarlo.
Y la Cesc-guarrada, la Fabregas-teatrería fue finalizada con una actuación virtuosa por el valenciano “La hoz” que sacó la guadaña para comenzar a cortar las ilusiones de los sevillistas. Pero para colmo en el minuto 87 no quiere pitar una mano de Thiago que se acomoda el balón para lanzar una juagada de ataque que terminó en gol del mismo Cesc-guarruno. Curiosamente en una jugada similar en el primer tiempo pitó falta a Rakitic y tarjeta amarilla lo que pasa es que las estadísticas no se pueden romper pensaría el de la guadaña.
Y con un equipo descentrado tras dar un árbitro que no pitó una falta a favor del Sevilla hasta el minuto 60 (y que no quiso ver una agresión de Busquets a Cicinho de las que son rojas sin discusión, que dejó al señor Song hacer lo que quiso con los codos y en los saltos a cualquier delantero que tuviera cerca y enseñó amarilla a Pedro tras una patada por detrás a Navas sin opción de llegar al balón que si lo hubiera hecho Medel lo habría fusilado), cinco minutos de descuento que no entendemos, en el 93 Villa le puso la puntilla a un partido que no mereció ganar el equipo catalán pero que celebraron en la esquina del córner como si hubiera sido la final de la Champions, esquina a la que se acercó Mateu no sabemos si para celebrarlo con los catalanes o para sí mismo de forma que ningún futbolista del Sevilla viera su alegría por mantener sus estadísticas.
En resumen, el camino a seguir debe ser este porque por casa ya han pasado los dos equipos que aparte de robar con el reparto televisivo lo hacen a través de sus brazos ejecutores con pito en mano, aunque aún queda otro equipo de Madrid que también tiene el apoyo de los del pito…, y ahora hay que conseguir reorganizar el equipo ya que faltaran en Vigo, Rakitic y Medel sancionados y esperemos que se recupere Trochowski que salió lesionado.