miércoles, 7 de julio de 2010

Renovación de abonos carnet años 70, frente al de hoy

Tras el final de la temporada vuelve el momento de hacer la cola ante las taquillas del Ramón Sánchez-Pizjuán para renovar el abono y volverá sufrir, disfrutar y sobretodo apoyar a nuestro equipo.

Hoy la renovación del carnet está asociada a una campaña de publicidad con anuncios en radio y televisión (aunque particularmente este año creemos que el anuncio televisivo está fuera de lugar, aunque no así el slogan “diviértete con nosotros, somos de todos”) un mailing a cada domicilio de los socios y gracias a la fuerza de los medios del club todos sabemos las condiciones de renovación, fechas y horas de taquillas, ..etc.

Y una vez puestos en la cola con todos los documentos necesarios, incluida la carta de protección de datos que las nuevas leyes obligan para poder seguir recibiendo información de ofertas comerciales de nuestro equipo, una vez pasada “la horita de cola” se vuelve uno con el carnet en la mano, y sin necesidad de volver hasta el primer partido que este año será la previa de Champions.


Por cierto ¡qué bonito el carnet!, con la imagen de un Sevilla CAMPEÓN con Palop recogiendo la copa del rey en Barcelona, que hasta hace sólo cinco años tanto hemos soñado y que ahora hay que saber valorar por lo difícil que es ganar un título.

Pero para muchos también traerán recuerdos de otras épocas, y quizás, de familiares y amigos que antes nos acompañaron a la taquilla, o para los más mayores a aquella preciosa casa de la calle Harinas donde estaba la secretaría de nuestro equipo hasta que se trasladaron al estadio.

Y ahora nos llegan recuerdos de cómo se hacia uno socio, tenías que ir representado por dos socios que tenían que firmar en la solicitud, así en Julio del año 1976 en la que el que escribe fue con su padre con toda la ilusión a sacarse el primer carnet con la ilusión del que quiere a su Sevilla FC y sabiendo de la dificultad de poder ir al fútbol porque su padre trabajaba todos los días (que eso es lo que le tocaba a los autónomos de entonces y de ahora), se encontró con esa primera sorpresa y como veníamos de un pueblo de fuera de Sevilla fue resuelto gentilmente por los propios empleados que actuaron de “padrinos”.




Y de esta forma se conseguía el carnet, que no era más que una funda (ya con foto y número), donde se guardaba la cartulina con las claves de los partidos, y que picaban los porteros en vez de los modernos tornos actuales.

Y cuando se renovaba el carnet en años posteriores lo único que cambiaba era la cartulina (cada año de un color o tono rojizo), en fin os dejo una imagen del primer carnet de la temporada 1976/77 con la tarjeta de renovación ya utilizada en la temporada 1979/80 (gracias al buen hacer de mi padre que buscó “tutores” con aficionados que iban a ver a su Sevilla, para que como él no podía ir al Sánchez-Pizjuán su hijo si pudiera), para recuerdo de algunos y como curiosidad para otros más jóvenes.




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