1570, no es el nombre de un turrón, aunque el partido fue tan duro e indigerible como el que hacen en Alicante vecinos del Valencia que preparó la masa que casi se nos atraganta, ni el año de una victoria en una batalla histórica, aunque para el sevillismo el 1 de Mayo de 2014 quedará como una fecha histórica con un héroe de Camerún, tampoco es el resultado de un sorteo en el que el premio ha sido clasificarnos para la final de la Europa League.
1570 son los kilómetros totales que hemos recorrido desde Palos a Sevilla y Valencia con ida y vuelta entre los días 1 y 2, primero con la ilusión de saber que llevábamos un resultado muy bueno un 2-0 que todos firmaríamos para una ida de una eliminatoria.
Y después con el alegrón de ese gol en el último minuto y poder celebrarlo en Mestalla con los muchos sevillistas que consiguieron entradas por encima de las 2500 que en teoría disponía el club para su afición.
1570 son los kilómetros totales que hemos recorrido desde Palos a Sevilla y Valencia con ida y vuelta entre los días 1 y 2, primero con la ilusión de saber que llevábamos un resultado muy bueno un 2-0 que todos firmaríamos para una ida de una eliminatoria.
Y después con el alegrón de ese gol en el último minuto y poder celebrarlo en Mestalla con los muchos sevillistas que consiguieron entradas por encima de las 2500 que en teoría disponía el club para su afición.
Nosotros estuvimos en la grada del Valencia y no rodeados del núcleo de sevillistas de la zona de la grada Xicotet y Mar, asignadas por el Valencia, aunque en nuestra zona nos reunimos una docena de sevillistas que aguantamos estoicamente a los valencianos que, como es su deber, animaron a su equipo y además disfrutaron con un 3-0 y lo que es peor viendo la eliminatoria igualada antes de cumplirse el minuto 30. Porque el Sevilla dio un pésimo partido y perdió la ventaja de que disponía en los dos primeros tiros de los valencianos.
Además no dio un balón con sentido y solo tuvo una ocasión de oro que Reyes tiró al portero. Pero enfrente teníamos a un equipo que tuvo miedo y con el 3-0 en vez de buscar el 4º se dedicó al antifútbol con actitudes antideportivas como lanzar balones al terreno de juego para parar el partido (cosa que a Cristóbal Soria le costó el puesto y que salió de apertura en los telediarios cuando pasó en nuestro estadio y que nadie ha comentado esta vez), incluso sin devolver el balón en el bote neutral.
Simulando lesiones, el portero parecía que se había muerto en un salto, un delantero en el suelo que no podía levantarse pero que cuando vio una posibilidad de contragolpe corrió a por el balón de forma milagrosa y volvió a tirarse para seguir perdiendo el tiempo, balonazos fueras del campo, incluso buscando pelea para que no se jugara… para el Valencia lo cataloga “del otro fútbol” si hubiera sido el Sevilla el que hiciera eso habrían llovido los palos de todos lados.
Y por todo eso, incluyendo los cambios de la segunda parte, el árbitro dio 5 minutos de descuento en los que los valencianistas se veían en Turín y nosotros solo soñábamos con lo que pasó que terminó con un grito de todos, y con la alegría de una celebración que nos ha llevado a Turín.
Además no dio un balón con sentido y solo tuvo una ocasión de oro que Reyes tiró al portero. Pero enfrente teníamos a un equipo que tuvo miedo y con el 3-0 en vez de buscar el 4º se dedicó al antifútbol con actitudes antideportivas como lanzar balones al terreno de juego para parar el partido (cosa que a Cristóbal Soria le costó el puesto y que salió de apertura en los telediarios cuando pasó en nuestro estadio y que nadie ha comentado esta vez), incluso sin devolver el balón en el bote neutral.
Simulando lesiones, el portero parecía que se había muerto en un salto, un delantero en el suelo que no podía levantarse pero que cuando vio una posibilidad de contragolpe corrió a por el balón de forma milagrosa y volvió a tirarse para seguir perdiendo el tiempo, balonazos fueras del campo, incluso buscando pelea para que no se jugara… para el Valencia lo cataloga “del otro fútbol” si hubiera sido el Sevilla el que hiciera eso habrían llovido los palos de todos lados.
Y por todo eso, incluyendo los cambios de la segunda parte, el árbitro dio 5 minutos de descuento en los que los valencianistas se veían en Turín y nosotros solo soñábamos con lo que pasó que terminó con un grito de todos, y con la alegría de una celebración que nos ha llevado a Turín.
Hay que olvidar la liga y darlo todo el 14 de mayo, saludos
ResponderEliminarEstamos de acuerdo contigo sobre todo tras haber asegurado el sexto puesto ayer. Saludos.
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