Una milagrosa clasificación para la final de la Europa League, la tercera en la historia del equipo y tras haber casi todos abandonado el sueño de continuar disputando finales tras el cambio de la política de fichajes derivado de la reducción de presupuesto de las últimas temporadas tras no clasificarnos para competición europea y no conseguir los ingresos que acarrean.
Una oferta para los socios de venta de entradas a precios muy económicos.
La posibilidad de asegurar el sexto puesto que evita la ronda previa de la UEFA al jugar contra el Villareal que ocupaba ese séptimo puesto y si ganaba podría superarnos en la clasificación.
Creemos que estas tres razones eran más que suficientes cada una de ellas para haber vivido una fiestas de las grandes en el Sánchez-Pizjuán, en un domingo de preferia con una gran temperatura a la siete de la tarde… y nos quedamos sorprendidos con un ambiente realmente frío, incluso desde gol norte parecía que habían vuelto tiempos no muy lejanos en que no se animaba, es más cuando el equipo necesitaba el apoyo de la grada al acusar el cansancio se escucharon demasiados silencios y rumores.
Se puede decir que la causa es que el partido fue realmente insulso y es que fue el partido que le gusta plantear al extécnico sevillista Marcelino, es decir hacer todo lo posible e imposible porque su equipo no reciba un gol y si hay suerte de un contragolpe intentar marcar uno para ganar, aunque normalmente con el empate fuera sin goles le sobra y le basta, y entre que el Villareal tenía todos los sentidos en defender y el Sevilla sabía que no podía dejar espacios en defensa sin sentido, y que el partido iba a ser muy largo por el cansancio (a pesar de jugar Jairo, Alberto, Gameiro y Varas como titulares) tras los muchos partidos de las últimas semanas.
Somos de la opinión que cuando el equipo lo necesita es en días como el de ayer, que es fácil apoyar cuando se va ganando, que se aplaude con facilidad cuando el equipo tiene muchas ocasiones de gol… y ayer no lo vimos pero hay que valorar el empate como un resultado bueno al asegurar el sexto puesto y teniendo en cuenta que de aquí al 14 de Mayo se debe tener todos los sentidos en el partido de Turín.
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Se puede decir que la causa es que el partido fue realmente insulso y es que fue el partido que le gusta plantear al extécnico sevillista Marcelino, es decir hacer todo lo posible e imposible porque su equipo no reciba un gol y si hay suerte de un contragolpe intentar marcar uno para ganar, aunque normalmente con el empate fuera sin goles le sobra y le basta, y entre que el Villareal tenía todos los sentidos en defender y el Sevilla sabía que no podía dejar espacios en defensa sin sentido, y que el partido iba a ser muy largo por el cansancio (a pesar de jugar Jairo, Alberto, Gameiro y Varas como titulares) tras los muchos partidos de las últimas semanas.
Somos de la opinión que cuando el equipo lo necesita es en días como el de ayer, que es fácil apoyar cuando se va ganando, que se aplaude con facilidad cuando el equipo tiene muchas ocasiones de gol… y ayer no lo vimos pero hay que valorar el empate como un resultado bueno al asegurar el sexto puesto y teniendo en cuenta que de aquí al 14 de Mayo se debe tener todos los sentidos en el partido de Turín.
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