Tras dos años sin jugar la fase de grupos de la Europa League ayer pudimos disfrutar de un nuevo partido europeo en nuestro estadio, lo que no sabemos es si fue por la hora del partido, porque el Friburgo no es un rival de renombre, por la crisis… o por cualquier otro motivo lo que si nos dio pena es ver las gradas del estadio tan vacías, y es que los 14000 socios que según el club han sacado el euroabono parece una cifra muy reducida e incluso pocos más debieron asistir mediante la compra de entradas.
Y con un ambiente muy tibio, incluso el gol norte tardó en poblarse ayer como podemos ver en la foto que se tomó al principio del partido, antes del himno, el equipo parece que le costó entrar en el partido con una primera parte realmente insulsa en la que no se supo atacar a la defensa alemana que se alineaba incluso por delante de la mitad de su campo, con lo que el miedo a los fueras de juego supuso un embotellamiento de los jugadores en una franja muy pequeña del campo.
Y con un ambiente muy tibio, incluso el gol norte tardó en poblarse ayer como podemos ver en la foto que se tomó al principio del partido, antes del himno, el equipo parece que le costó entrar en el partido con una primera parte realmente insulsa en la que no se supo atacar a la defensa alemana que se alineaba incluso por delante de la mitad de su campo, con lo que el miedo a los fueras de juego supuso un embotellamiento de los jugadores en una franja muy pequeña del campo.
Porque el Friburgo no pretendió atacar en ningún momento y en la primera parte se dedicó a esperar al Sevilla y alguna oportunidad de falta o córner porque no le vimos ningún contragolpe de peligro, ante esto la solución del Sevilla fue mandar balones en largo que siempre tenían ventaja los defensores cuando iban bien lanzados, es decir cuando los mandaba un Rakitic que nuevamente dio ayer una lección de fútbol y que a este ritmo va a entrar con nombre propio en la historia de este equipo, porque cuando salían de otros jugadores no había ninguna oportunidad para los atacantes que pasaron desapercibidos.
11 inicial: Varas; Figueiras, Cala, Pareja, Alberto; Jairo, Iborra, Rakitic, Perotti, Trochowski; Bacca. |
En el segundo tiempo, al principio el partido continuó igual hasta el minuto 63 en que un buen pase de Rakitic dejó a Bacca en buena situación para un contragolpe y llegó al área donde regateó a un defensa que lo derribó en una jugada de penalti y expulsión que fue decisiva en el partido ya que, por sorpresa para nosotros, Perotti anotó el penalti. Por cierto, nos parece una estupidez que se quitara la camiseta para celebrar el gol con la consiguiente tarjeta que lo pudo limitar para el resto del tiempo que estuvo en el campo y que contabiliza para el resto de la competición, creemos que este tipo de acciones deberían estar prohibidas e incluso sancionadas en el régimen interno del club.
A partir de aquí sin grandes alardes el equipo tuvo varias ocasiones, nuevamente sufrimos algunas vaselinas que fueron paradas por el portero o que terminaron en el larguero como le ocurrió a Bacca. Pero lo mejor del partido llegó en el minuto 91 cuando Jairo cogió un balón en el centro del campo y tumbó a dos rivales en dos pases geniales y se corrió el campo aventajando a varios defensas para ser generoso y dejar el balón para que Bacca solo tuviera que empujarlo para marcar el 2-0 de la tranquilidad.
En resumen, un partido gris en el que la jugada del penalti y expulsión permitió que el equipo tuviera mayor tranquilidad y en el que vimos un jugadón para el 2-0 definitivo y otra nueva lección de pundonor, buen juego y dirección del capitán Rakitic.
A partir de aquí sin grandes alardes el equipo tuvo varias ocasiones, nuevamente sufrimos algunas vaselinas que fueron paradas por el portero o que terminaron en el larguero como le ocurrió a Bacca. Pero lo mejor del partido llegó en el minuto 91 cuando Jairo cogió un balón en el centro del campo y tumbó a dos rivales en dos pases geniales y se corrió el campo aventajando a varios defensas para ser generoso y dejar el balón para que Bacca solo tuviera que empujarlo para marcar el 2-0 de la tranquilidad.
En resumen, un partido gris en el que la jugada del penalti y expulsión permitió que el equipo tuviera mayor tranquilidad y en el que vimos un jugadón para el 2-0 definitivo y otra nueva lección de pundonor, buen juego y dirección del capitán Rakitic.
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