Al principio de temporada se sabe que hay que jugar “contra los dos intocables” dos partidos en casa y dos fuera, y se sabe que en un amplio porcentaje de posibilidades esos partidos se van a perder, salvo que esos dos equipos estén centrados en otras competiciones, se esté al final de la temporada y ya los puntos no les importen o ocurra un milagro, como el que consiguió nuestro equipo en el Nou Camp este año empatando.
Y ayer no ocurrían ninguna de las dos primeras, pese a que el Barcelona tiene muy difícil ganar la liga sigue dando la cara para no perderla muy pronto ante su rival capitalino, y por desgracia esto es síntoma de que el milagro no va a ocurrir, sobre todo porque este año el Sevilla F.C. no tiene la calidad ni la fuerza necesaria para ganar un partido de tú a tú ante un Barcelona que te saca del partido antes de que empiece.
Y es que aunque el club había intentado con una semana de la afición calentar el partido y había pedido que el equipo se viera arropado con el apoyo de la afición a la entrada al estadio no se veía ese ambiente, de hecho a la entrada pudimos extrañarnos ante una amplia asistencia de aficionados al equipo catalán y poco ánimo desde fuera e incluso desde dentro del autobús de nuestro equipo, al menos nos lo pareció en el breve tiempo de pasar ante nosotros, ya que vimos a jugadores incluso tumbados como lo haría el que va a pasar un día de playa en vez de en tensión para dar el 100% en el césped.
Dentro del estadio la cosa mejoró cuando sonó el himno del centenario como sólo lo canta nuestra afición y por mucho que la de otros equipos quieran ahora atribuirse el invento de cantar himnos porque como el del centenario hay muy pocos y cantada como ayer menos (por favor Javi Nemo sin el sinfónico apagando a las voces sevillistas).
Aunque seguíamos teniendo en nuestra zona muchos representantes del equipo rival, pero eso debe entenderse como normal y habría que aplaudirlo demostrando que el fútbol no es más que una distracción y que no hay que tratar como delincuentes a los aficionados del equipo visitante y además entender que si se han dejado un buen dinero en las arcas de nuestro equipo deben ser tratados con normalidad.
Pero desde el principio se vió que no podía ser, que Spahic no está al nivel (¿es normal que un jugador que está tocado y no ha entrenado en toda la semana juegue?), haciendo una falta sin sentido en el borde del área en el minuto 17 que Xavi la clavó por el lado de la barrera (Palop la tocó pero a nuestro entender bastante hizo con eso) y en el 24 le dejó espacio a Messi para que le hiciera un caño y le picara el 0-2 a Palop.
El resto un quiero y no puedo, con alguna oportunidad como el cabezazo de Manu al larguero en el 32, una jugada de Kanouté que Adriano despejó hacia portería sacándola Valdés y un posible penalti a Reyes, pero si se cuentan las oportunidades del Barcelona sabemos que este partido se perdía sí o sí.
Lo único que al final podemos salvar es la lucha del equipo, un Luna que creemos que debería tener más oportunidades aunque sea en esa banda derecha ya que lo vimos mejor que un Coke que no llega al nivel que esperamos, un Navas que sigue siendo el mejor junto a un Medel que es el único que pone garra y a pesar de todo un Palop que sacó varios balones de gol. Mientras que la grada dio avisos claros en los cambios a jugadores que siguen sin aportar lo que deben como Reyes o Rakitic y, en menor medida Spahic porque, pensamos, no da para más.
Y además el apoyo de una afición, dirigida por los Biris, que pudo atacar al equipo pero que animó todo el partido a los suyos, cuando lo fácil sería acordarse hasta del utillero, en un ambiente que hasta los rivales lo han destacado como se puede ver en tweets de Thiago Alcántara, Valdés y Piqué, cosa que se les debe agradecer ya que otros sólo piensan en lo guapos, buenos futbolistas y ricos que son…
Y ayer no ocurrían ninguna de las dos primeras, pese a que el Barcelona tiene muy difícil ganar la liga sigue dando la cara para no perderla muy pronto ante su rival capitalino, y por desgracia esto es síntoma de que el milagro no va a ocurrir, sobre todo porque este año el Sevilla F.C. no tiene la calidad ni la fuerza necesaria para ganar un partido de tú a tú ante un Barcelona que te saca del partido antes de que empiece.
Y es que aunque el club había intentado con una semana de la afición calentar el partido y había pedido que el equipo se viera arropado con el apoyo de la afición a la entrada al estadio no se veía ese ambiente, de hecho a la entrada pudimos extrañarnos ante una amplia asistencia de aficionados al equipo catalán y poco ánimo desde fuera e incluso desde dentro del autobús de nuestro equipo, al menos nos lo pareció en el breve tiempo de pasar ante nosotros, ya que vimos a jugadores incluso tumbados como lo haría el que va a pasar un día de playa en vez de en tensión para dar el 100% en el césped.
Dentro del estadio la cosa mejoró cuando sonó el himno del centenario como sólo lo canta nuestra afición y por mucho que la de otros equipos quieran ahora atribuirse el invento de cantar himnos porque como el del centenario hay muy pocos y cantada como ayer menos (por favor Javi Nemo sin el sinfónico apagando a las voces sevillistas).
Aunque seguíamos teniendo en nuestra zona muchos representantes del equipo rival, pero eso debe entenderse como normal y habría que aplaudirlo demostrando que el fútbol no es más que una distracción y que no hay que tratar como delincuentes a los aficionados del equipo visitante y además entender que si se han dejado un buen dinero en las arcas de nuestro equipo deben ser tratados con normalidad.
Pero desde el principio se vió que no podía ser, que Spahic no está al nivel (¿es normal que un jugador que está tocado y no ha entrenado en toda la semana juegue?), haciendo una falta sin sentido en el borde del área en el minuto 17 que Xavi la clavó por el lado de la barrera (Palop la tocó pero a nuestro entender bastante hizo con eso) y en el 24 le dejó espacio a Messi para que le hiciera un caño y le picara el 0-2 a Palop.
El resto un quiero y no puedo, con alguna oportunidad como el cabezazo de Manu al larguero en el 32, una jugada de Kanouté que Adriano despejó hacia portería sacándola Valdés y un posible penalti a Reyes, pero si se cuentan las oportunidades del Barcelona sabemos que este partido se perdía sí o sí.
Lo único que al final podemos salvar es la lucha del equipo, un Luna que creemos que debería tener más oportunidades aunque sea en esa banda derecha ya que lo vimos mejor que un Coke que no llega al nivel que esperamos, un Navas que sigue siendo el mejor junto a un Medel que es el único que pone garra y a pesar de todo un Palop que sacó varios balones de gol. Mientras que la grada dio avisos claros en los cambios a jugadores que siguen sin aportar lo que deben como Reyes o Rakitic y, en menor medida Spahic porque, pensamos, no da para más.
Y además el apoyo de una afición, dirigida por los Biris, que pudo atacar al equipo pero que animó todo el partido a los suyos, cuando lo fácil sería acordarse hasta del utillero, en un ambiente que hasta los rivales lo han destacado como se puede ver en tweets de Thiago Alcántara, Valdés y Piqué, cosa que se les debe agradecer ya que otros sólo piensan en lo guapos, buenos futbolistas y ricos que son…
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