Por si alguien no se ha enterado el Sevilla Fútbol Club juega mañana la final de la supercopa de Europa en Cardiff, no se trata de un trofeo de Verano ni de ningún partido de los que se ha inventado la L.F.P. para que “se conozca nuestra liga” con la curiosidad de que en ese invento que lleva a los equipos de primera a jugar desde Sudamérica hasta Oceanía no intervienen los otros dos equipos de la liga, este partido lo juega nuestro equipo porque el pasado 14 de Mayo ganó la Europa League, que desde que la ganó el otro equipo de Madrid es una competición europea, y desde luego no fue un regalo supuso jugar 19 partidos y ganarle a equipos como Oporto, Benfica, Valencia y al otro equipo de la ciudad con lo especial que son estos partidos.
Pero cualquiera que vea los programas deportivos manipulados desde Madrid, seguramente se debe enterar de que el equipo que mañana jugará contra los galácticos es el Sevilla porque su entrenador ya le ganó una supercopa con su antiguo equipo, en un partido que si el fútbol no estuviera marcado por el dinero y por la dificultad de encontrar días libres no se debería haber jugado ya que la plantilla sevillista estaba en shock tras haber sufrido el fallecimiento de Antonio Puerta dos días antes.
De hecho para esa prensa el Sevilla Fútbol Club (no el Sevilla con el desdén que lo nombran) no es más que el invitado de piedra del retorno a Gales de Bale, de la recuperación de Casillas y Ronaldo, del primer partido de los fichajes de precios desorbitados que se permite un equipo que también debe muchos millones a hacienda, mientras que se desciende al Murcia por no cumplir con el ratio económico, pero que el ridículo reparto televisivo le permite firmar a quién le dé la gana.
No sabemos si el Sevilla F.C. será capaz de ganar el partido, si sabemos que seguro en la grada la afición sevillista va a ganar y que el equipo va a sentir su apoyo desde que han llegado hoy al hotel hasta que finalice el partido, como ya ha pasado tantas veces y sin ir más lejos pasó en Turín. También estamos casi seguros que nuestro equipo va a plantear el partido como una final de una competición europea que debe jugar un grupo de jugadores desde el primero al último de la plantilla (mientras el otro equipo esperemos que la planteen para cada uno defender su ego).
En resumen, de lo que estamos seguros es que estaremos orgullosos de nuestro equipo porque sólo jugar esta final es un premio que muchos otros sólo sueñan.
Pero cualquiera que vea los programas deportivos manipulados desde Madrid, seguramente se debe enterar de que el equipo que mañana jugará contra los galácticos es el Sevilla porque su entrenador ya le ganó una supercopa con su antiguo equipo, en un partido que si el fútbol no estuviera marcado por el dinero y por la dificultad de encontrar días libres no se debería haber jugado ya que la plantilla sevillista estaba en shock tras haber sufrido el fallecimiento de Antonio Puerta dos días antes.
De hecho para esa prensa el Sevilla Fútbol Club (no el Sevilla con el desdén que lo nombran) no es más que el invitado de piedra del retorno a Gales de Bale, de la recuperación de Casillas y Ronaldo, del primer partido de los fichajes de precios desorbitados que se permite un equipo que también debe muchos millones a hacienda, mientras que se desciende al Murcia por no cumplir con el ratio económico, pero que el ridículo reparto televisivo le permite firmar a quién le dé la gana.
No sabemos si el Sevilla F.C. será capaz de ganar el partido, si sabemos que seguro en la grada la afición sevillista va a ganar y que el equipo va a sentir su apoyo desde que han llegado hoy al hotel hasta que finalice el partido, como ya ha pasado tantas veces y sin ir más lejos pasó en Turín. También estamos casi seguros que nuestro equipo va a plantear el partido como una final de una competición europea que debe jugar un grupo de jugadores desde el primero al último de la plantilla (mientras el otro equipo esperemos que la planteen para cada uno defender su ego).
En resumen, de lo que estamos seguros es que estaremos orgullosos de nuestro equipo porque sólo jugar esta final es un premio que muchos otros sólo sueñan.
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